Incendio forestal: siniestro causado intencional, accidental o fortuitamente por el fuego que se presenta en áreas cubiertas de vegetación, árboles, pastizales, maleza, matorrales y, en general, cualesquiera de los diferentes tipos de asociaciones vegetales.
Fuego: reacción química de oxidación violenta de una materia combustible, con desprendimiento de llamas, calor, vapor de agua y dióxido de carbono. Es un proceso exotérmico. Desde este punto de vista, el fuego es la manifestación visual de la combustión.
Lo primero que debe destacarse es que la materia combustible, el calor y el oxígeno constituyen los tres lados del “triángulo del fuego”.
Para extinguir un incendio forestal basta con eliminar uno de ellos: el material combustible, mediante la apertura de cortafuegos; el calor, utilizando agua; y el oxígeno, sofocando el incendio con tierra o extinguiéndolo con agua.
Hay tres formas de transporte de calor que determinan la propagación del incendio:
-Conducción: Transporte de energía calorífica a través de un medio gracias a la actividad molecular.
Esta forma de transmisión tendrá lugar cuando exista contacto entre las plantas y hace también que se quemen los materiales leñosos (raíces, troncos, ramas) que componen la vegetación.
-Convección:Transporte de calor mediante movimientos mecánicos de masas líquidas o gaseosas.
En los fuegos de vegetación, los productos gaseosos constituyen las masas móviles de partículas calientes mezcladas con el aire.
La transmisión del calor por convección influye en la rapidez del avance del incendio ladera arriba y en el paso del fuego del sotobosque a las copas de los árboles
-Radiación: La energía calorífica se transmite de una fuente a un objeto. El calor pasa a través del aire sin que exista movimiento del mismo y sólo tiene lugar a cortas distancias. La radiación provoca la mayor parte del precalentamiento de los combustibles en el frente de avance.
Existen varios tipos de clasificaciones de fuegos, entre ellas destacamos la siguiente:
SUPERFICIALES O DE SUELOS: Los más comunes, por donde normalmente se inician los fuegos. Permanecen al ras del suelo, quemando los combustibles ligeros, estos matan normalmente a las herbáceas, leñosas de poco porte, además de producir heridas en la base de los troncos y en las raíces de las especies de mayor porte. Dependiendo de la cantidad y calidad del material existente en el área, de la topografía y de las condiciones atmosféricas imperantes, estos fuegos se pueden transformar en incendios de copas o incendios subterráneos. DE COPAS Aquellos que queman las copas de los árboles hiriendo sus ramas y llegando incluso a matarlos. Su origen puede ser un fuego superficial, excepcionalmente un rayo sobre un árbol dominante puede ser factor desencadenante de un fuego de copa. Suelen ser más virulentos debido al tamaño de las llamas y a la velocidad de propagación, puesto que el viento sopla más fuerte en las alturas. Son los que presentan mayores dificultades para su extinción.
SUBTERRÁNEO O DE SUBSUELO Es el que se propaga bajo la superficie. Generalmente se da en lugares de mucha acumulación de materia orgánica, combinado generalmente con el superficial. En este caso se quema la materia orgánica seca y las raíces. Estos fuegos no producen llamas y desprenden muy poco humo. Su propagación es más lenta.
Otra tipo de clasificación se utiliza en Europa y Australia, donde los incendios se clasifican en 6 grupos:
Clase A: incendios que implican sólidos inflamables que dejan brasas, como la madera, tejidos, goma, papel, y algunos tipos de plástico.
Clase B: incendios que implican líquidos inflamables o sólidos licuables, como el petróleo o la gasolina, aceites, pintura, algunas ceras y plásticos.
Clase C: incendios que implican gases inflamables, como el gas natural, el hidrógeno, el propano o el butano.
Clase D: incendios que implican metales combustibles, como el sodio, el magnesio, el potasio o muchos otros cuando están reducidos a virutas muy finas.
Riesgo de electrocución (antiguamente conocida como Clase E): incendios que implican cualquiera de los materiales de las Clases A y B, pero con la introducción de electrodomésticos, cableado, o cualquier otro objeto bajo tensión eléctrica, en la vecindad del fuego, donde existe un riesgo de electrocución si se emplean agentes extintores conductores de la electricidad.
Clase K: incendios que implican grasas y aceites de cocina. Las altas temperaturas de los aceites en un incendio excede con mucho las de otros líquidos inflamables, haciendo inefectivos los agentes de extinción normales (en España esta clase se incluye en la B).
También se pueden clasificar los incendios según su nivel de gravedad, en este caso los dividimos en 4 tipos:
NIVEL DE GRAVEDAD 0:
Incendios que pueden ser controlados con los medios de extinción previstos en el Plan de la Comunidad Autónoma y que, aún en su evolución más desfavorable, no suponen peligro para personas no relacionadas con las labores de extinción, ni bienes distintos a los de naturaleza forestal.
Igualmente se considerarán de Nivel 0 aquellos incendios en que no concurra ninguna de las circunstancias que definen el Nivel 1.
NIVEL DE GRAVEDAD 1
Incendios que pudiendo ser controlados con los medios de extinción previstos en el Plan de la Comunidad Autónoma, se prevé por su posible evolución la necesidad de puesta en práctica de medidas para la protección de personas y de los bienes que puedan verse amenazados por el fuego.
Así mismo, se considerarán de Nivel 1 aquellos incendios en los que concurra alguna de las siguientes circunstancias:
- Necesiten más de 12 horas para poder ser controlados - Por su posible evolución se prevé que puedan peligrar masas arboladas superiores a 30 ha - Por su posible evolución se prevé que van a suponer una evaluación de impacto global superior a 4.
NIVEL DE GRAVEDAD 2
Incendios para cuya extinción se prevé la necesidad de que, a solicitud del Director del Plan, sean incorporados medios no asignados al Plan de la Comunidad Autónoma, o puedan comportar situaciones de emergencia que deriven hacia el interés nacional.
La simultaneidad de varios incendios forestales con Nivel de Gravedad 1 podrá suponer la declaración de un Nivel de Gravedad 2, a criterio del Director del Plan.
Tendrán la consideración de incendios de Nivel de Gravedad 2 aquellos en los que concurra alguna de las siguientes circunstancias:
- Intervención de medios de las Fuerzas Armadas - Evacuaciones - Cortes de carreteras nacionales y/o autonómicas - Vías férreas cortadas - Instalaciones singulares amenazadas (industrias químicas, polvorines, etc.) - Siempre que puedan comportar situaciones de grave riesgo para la población y bienes distintos a los de naturaleza forestal
NIVEL DE GRAVEDAD 3
Incendios en que habiéndose considerado está en juego el interés nacional, así sean declarados por el Ministerio del Interior. Son emergencias en las que está presente el interés nacional:
a) Las que requieran para la protección de las personas y bienes la aplicación de la Ley Orgánica 4/81 de 1 de junio, reguladora de los estados de alarma, excepción y sitio.
b) Aquellas en que sea necesario prever la coordinación de Administraciones diversas porque afecten a varias Comunidades Autónomas y exijan una aportación de recursos a nivel supraautonómico.
c) Las que por sus dimensiones, efectivas o previsibles, requieran una dirección nacional de las Administraciones Públicas implicadas.
La declaración de interés nacional será hecha por el Ministerio del Interior, por su propia iniciativa o a propuesta del Presidente de la Comunidad Autónoma o del Delegado del Gobierno. La declaración inicial de la gravedad potencial de los incendios en los niveles 0, 1 y 2 será efectuada por el órgano competente de la Comunidad Autónoma y podrá variarse de acuerdo con la evolución del incendio.
ÉPOCAS DE PELIGRO DE INCENDIOS
Época de Peligro Alto: del 15 de julio al 30 de septiembre. En esta época se extremarán las medidas de prevención y el Operativo permanecerá en alerta.
Época de Peligro Medio: del 1 al 14 de julio y del 1 al 14 de octubre. En esta época serán de aplicación ciertas medidas limitativas y prohibitivas y el Operativo permanecerá en alerta.
Época de Peligro Bajo: resto del año. En esta época no se prevé la adopción de medidas ni precauciones especiales.
Las áreas de más alta posibilidad de incendio se encuentran próximas a caminos, carreteras o poblados, así como en áreas de fuertes pendientes, zonas de pastoreo, lugares de recreo, áreas en aprovechamiento maderable, etc.
El tipo y estado de la cubierta vegetal, las condiciones climáticas generales y la topografía del terrenoasí como las condiciones socioeconómicas determinan la frecuencia e intensidad de los incendios.
Las condiciones climatológicas influyen en la susceptibilidad que un área determinada presenta frente al fuego; factores como la temperatura, la humedad y la pluviosidad determinan la velocidad y el grado al que se seca el material inflamable y, por tanto, la combustibilidad del bosque.
TEMPERATURA
Los efectos de la temperatura sobre todo cuando es a la vez elevada y persistente, se traducen en una desecación progresiva de la vegetación que puede alcanzar extremos de sequía y en la aparición de corrientes de aire que se elevan desde los suelos caldeados. Tales efectos son naturalmente más acusados en los meses de verano y, dentro de ellos, a mediodía y primeras horas de la tarde.
Al aumentar 10°C la temperatura, la humedad relativa se reduce a la mitad.
VIENTO
La acción del viento se manifiesta en varias formas diferentes:
-Aportando oxígeno a la combustión en cuantía tanto mayor cuanto más fuerte es, intensificándose aquélla en consecuencia.
-El viento tiende a acelerar la desecación y a aumentar la gravedad de los incendios avivando la combustión.
-Aproximando las llamas a los árboles que aún no arden, adelantando así su quema.
-Desplazando chispas y pavesas a zonas del monte aún no incendiadas dando origen a nuevos focos.
Un incendio, en su comienzo, adopta las siguientes formas características:
-Cuando sopla viento en una sola dirección, el perímetro recuerda a una elipse, cuyo eje mayor es paralelo a dicha dirección.
-Cuando el viento es variable, se extiende y variará con la dirección del viento.
En el clima mediterráneo:
-Los vientos del verano (tramontana, levante, etc.), caracterizados por su gran velocidad y poder desecante hacen descender la humedad atmosférica por debajo del 30 por 100 y contribuyen a propagar los fuegos, trasladando pavesas a gran distancia.
-Los vientos secos y fríos de invierno también pueden ser causa de incendios debido al descontrol de pequeñas quemas provocadas por pastores y campesinos.
HUMEDAD
La tendencia de los vegetales leñosos es la de buscar el estado de equilibrio de humedad con el medio circundante y recordando que su resistencia a arder está en función del agua que contienen. Por lo tanto, es evidente la influencia de la humedad en la propagación del fuego si bien sus efectos son más atenuados que los del viento o la pendiente.
Teniendo en cuenta el proceso de combustión:
-Los combustibles secos arden más deprisa, porque pueden pasar antes de los 200 °C.
-Si el aire es seco, la combustión es más rápida, porque absorbe el vapor de agua desprendido por el combustible.
-Los combustibles y a su disponibilidad para la combustión.
-La dirección y velocidad de los incendios forestales.
-Cambios en la topografía pueden suponer barreras totales o parciales para la dispersión de los incendios forestales.
PENDIENTE
La pendiente es el principal factor. Con pendiente fuerte se acelera la propagación, ya que:
-Los combustibles están más cerca de las llamas.
-El precalentamiento del combustible es más rápido.
-La velocidad del viento aumenta.
-Se desarrolla rápidamente la columna de convección.
Si el combustible y el viento son constantes, la longitud de la llama y la tasa de propagación del fuego se incrementan de forma proporcional a la inclinación de la pendiente.
ALTITUD
Las laderas se dividen en tres zonas según la altitud:
-Tercio inferior, que incluye el valle. En él las temperaturas son más altas y generalmente hay más combustible. Alta intensidad del fuego.
-Tercio intermedio. Menos combustible, pero posibilidad de formación en él de un cinturón intermedio.
-Tercio superior. Propagación más lenta por menos disponibilidad de combustible, pero es la zona a veces más conflictiva porque es donde ocurren cambios bruscos de viento.
EXPOSICIÓN
Según la exposición hay diferente propagación en solana que en umbría, en razón de la diferente cantidad de combustible y diferencias de humedad.
Por lo general las exposiciones sur y suroeste son lasmás favorables para el inicio y dispersión del fuego.
La altitud es un factor determinante del desarrollo de la vegetación. Como norma general, la cantidad de combustible disminuye al aumentar la altitud.
Igualmente la exposición tiene gran influencia en el desarrollo de la vegetación. Las laderas de solana, como norma general, están más secas y tienen menos combustible que las de umbría.
Gran influencia de la pendiente al favorecer la continuidad vertical de los combustibles.
Muchas especies de los bosques del Mediterráneo “necesitan” el fuego durante el ciclo reproductivo.
La mayoría de las especies de pinos se caracterizan por presentar mecanismos fisiológicos que conectan la reproducción natural con el fuego. Además, suelen tener un elevado contenido en resina y aceites esenciales, extremadamente inflamables.
Otras especies esclerófilas de hoja perenne ( género Quercus)se adaptanproduciendobrotes y renuevos si la parte aérea de la planta resulta disminuida por el fuego (protección no permanente).
·Solo uno de cada mil responsables de incendios forestales acaba siendo juzgado. Y excepcionalmente, sólo unos pocos de los responsables de los grandes incendios forestales, es decir, aquéllos que afectan a más de 500 hectáreas y que suponen el 40% de la superficie quemada en la última década, acaban siendo juzgados.
·La salud de nuestros bosques definirá el futuro de nuestra sociedad y hay que generar expectativas más ambiciosas en recuperar su buena salud. La lucha contra los incendios forestales es el mejor ataque natural contra el cambio climático. No hay que olvidar que los bosques son un sumidero de CO2. La muerte de masa forestal, acelerada por incendios forestales, libera de nuevo a la atmósfera el exceso de carbono en forma de óxidos de carbono o metano.